Después de dos años de inhabilitación para el proceder de la fiesta de los “Mártires Riojanos”, pudimos volver a revivir esta grata conmemoración. El fulgor que demostró el pueblo en el peregrinar sentido hacia el lugar donde fueron martirizados Fray Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, contagia y anima a aquellos que no han conocido vivamente esta realidad, a querer seguir el camino y amor que ellos portaron por los suyos, pero sobre todo a Dios. Se ha vivido un camino de esperanza que retorna después de un tiempo, pero no con menos entusiasmo. Los rostros de las personas demuestran como en cada corazón continúan caminando estos Beatos que murieron por sus amigos. Una caminata de recogimiento y contemplación, pero que nos lleva a la Alegría de la fiesta, al compartir de la Celebración Eucarística y el encuentro comunitario, porque ellos no murieron para que lloremos, sino para que portemos esa Alegría y Esperanza que nos dejaron y no titubeemos a la hora de dejarlo todo por el Amor.

Monseñor Enrique Angelelli, que gastó ambos oídos escuchando el Evangelio y a la gente, y siguiendo los pasos de Jesús en el pastorear de su rebaño; el presbítero Gabriel Longueville, quien se puso a los pies del pueblo sirviendo humildemente y animándolos a la Esperanza, compartiendo su corazón misionero que se movía más allá de las fronteras; Fray Carlos de Dios Murias, Franciscano de la Orden de Frailes Menores Conventuales, que a la manera de San Francisco de Asís, anunció y denunció cuanto debía, no destacando sino obrando en el silencio; Wenceslao Pedernera,  quien dio todo su amor en su lugar de padre de familia, pero que también asumió su compromiso como integrante del pueblo que se levanta en favor de los más necesitados y promulga acciones concretas para el crecimiento de su comunidad hermana.

Ellos lo dieron todo porque amaban a sus hermanos, lo dieron todo porque veían a Jesús en cada persona. Y hoy nosotros estamos llamados a imitar sus pasos para que su memoria no quede en el aire como un recuerdo más, sino que palpite en cada corazón y dé frutos de Amor que se da sin medida a los demás.

¡Hay que Seguir Andando Nomás!

www.martires.org.ar